Pijao es un municipio al sur del departamento del Quindío. Aunque su cabecera municipal se encuentra ubicada a 1700 metros sobre el nivel del mar, su altitud oscila entre los 1000 y los 3800 metros. En lo más alto alcanza el páramo, y en sus tierras bajas, en el valle del rio Barragán, hay pastos propicios para la ganadería.

Su poblamiento comenzó en la época prehispánica, pero la jurisdicción que hoy encierra el municipio se fundó en 1902. En ese entonces, con el nombre de “San José de Colón” se convirtió en un corregimiento de Calarcá, anexo al Cauca. En 1905, el corregimiento pasó a formar parte del naciente departamento de Caldas, y finalmente en 1931, la asamblea departamental lo erigió como municipio con su nuevo nombre: Pijao.

Desde comienzos del siglo XX el municipio tiene en el café su principal producto. Los colonos, que en un principio llegaron buscando oro y guacas, encontraron en sus fértiles tierras la excusa perfecta para asentarse y producir. La vida, desde entonces, no ha cambiado demasiado: la mayor parte de su población se dedica a cultivar café, a la cría de ganado, y a los cultivos de plátanos y cítricos.

Pijao es, como su apodo indica, la “ciudad sin prisa”. Allí, la vida transcurre en un ambiente tranquilo, sereno y alegre, en un fuerte contraste con los hostiles ambientes de las grandes ciudades. En Pijao nadie vive con afán. De hecho, el municipio forma parte de un movimiento de ciudades que se hace llamar “cittaslow”, que promueven modelos de turismo sostenible a pequeña escala, con un importante enfoque en la conservación y sostenibilidad.

El municipio es el destino soñado de quien quiera bajar las revoluciones de la vida citadina. En la semana, los pobladores del casco urbano viven una vida tranquila y callada. El fin de semana, a la tranquilidad se le suma la amabilidad y algarabía de los mercados municipales que se forman en su plaza. En ellos, los casi 6.000 habitantes comparten un café, una bebida, y disfrutan de la vida tradicional en los pueblos del PCCC. Pijao es, sin dudas, un municipio que conserva la cultura cafetera en un estado puro.

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