El municipio de Quimbaya le hace honor a la milenaria cultura prehispánica que pobló las tierras quindianas desde el 500 a.C hasta el siglo XVI, luego de la llegada de los españoles. Está situado en el occidente del departamento de Quindío a 20 kilómetros de la capital, y fue fundada en 1914 por Juan de J. Buitrago, quien estableció una fonda en el camino que lleva hasta Filandia. En 1922 adquirió su nombre actual y se convirtió en municipio.

Los colonos y arrieros que viajaron por sus tierras a comienzos del siglo XX perseguían las guacas y el oro que las leyendas prometían. Según contaban en la región, bajo su tierra se escondían enormes esculturas de oro del tamaño de un humano. La fiebre del oro impulsó cientos de arrieros que encontraron en la promesa del preciado metal su inspiración para abrir los caminos que miles de años antes habían labrado los quimbayas.

Esta fiebre se esfumó con los años, y los colonos comenzaron a sembrar sus tierras con café. Las fértiles laderas de Quimbaya, ubicadas a una altura media de 1339 metros sobre el nivel del mar, fueron el foco de una nueva colonización cafetera que inundó de cafetales la despoblada zona. Desde su fundación, Quimbaya es un municipio con vocación agrícola que produce, además de café, plátano, cítricos y banano.

En los últimos 20 años Quimbaya se convirtió en un paraíso para el agroturismo. Es el destino predilecto para quien quiera recorrer y vivir en carne propia la vida de un campesino de la región del PCCC. En sus fincas, los turistas pueden ordeñar, cultivar, observar el proceso del grano de café, e interactuar con los miles de campesinos que cada día salen a sus jornadas.

De hecho, a pocos minutos de la plaza central se encuentra el parque nacional de la cultura agropecuaria – Panaca,  que ofrece ocho estaciones en donde se interactúa y aprende sobre los 4500 animales que lo habitan. Y muy cerca se encuentra el parque de los arrieros, un espacio en donde se rinde homenaje a los campesinos de la región que abrieron el bosque para convertir a Quimbaya en un lugar idóneo para el cultivo y la producción agrícola.

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