Se trata de un territorio compuesto por seis zonas localizadas en 51 municipios de los departamentos de Caldas, Quindío, Risaralda y Valle del Cauca, que incluyen la zona principal y la de amortiguamiento. El PCCC demostró un Valor Universal Excepcional (VUE), que incorpora el esfuerzo humano y familiar, la cultura desarrollada en torno al café, el capital social generado por el gremio cafetero y la coexistencia entre tradición y tecnología. Son estas las razones por las que el Paisaje Cultural Cafetero de Colombia fue inscrito en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco el 25 de junio de 2011.
El siguiente cuadro indica los principales datos cuantitativos del territorio del PCCC:Área Principal | Área de Amortiguamiento | |
Área total (hectáreas) | 141.120 | 207.000 |
Área urbana (hectáreas) | 1.074 | 2.458 |
Cascos urbanos (municipios) | 14 | 17 |
Veredas | 411 | 447 |
Población (habitantes) | 301.822 | 294.062 |
Corresponde a las letras iniciales en inglés de United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization (Unesco), en español Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Es la agencia encargada de apoyar a los países para desarrollar y ampliar las actividades educativas que se centran en temas de sostenibilidad tales como el cambio climático, la biodiversidad, la reducción del riesgo de desastres, el agua, la diversidad cultural, la urbanización sostenible y los estilos de vida sostenibles; también asesora a los encargados de formular políticas, empoderar a los responsables frente a los desafíos globales.
La Lista de Patrimonio Mundial contiene los sitios escogidos como los mejores ejemplos de patrimonio cultural de la humanidad. El reconocimiento del VUE involucra el compromiso de todas las naciones por la protección del Paisaje Cultural Cafetero de Colombia; por lo tanto, su inclusión implica un compromiso del Estado colombiano con la comunidad internacional y a la vez, una oportunidad para que sus habitantes y visitantes conozcan el paisaje y se comprometan en su preservación.
Para alcanzar este objetivo se requieren el diseño e implementación de medidas en diferentes campos, desde la productividad agrícola, pasando por las acciones para mejorar las condiciones de vida en el territorio y conservar adecuadamente el patrimonio cultural en todas sus manifestaciones, tangibles e intangibles, muebles e inmuebles.
“Patrimonio de la Humanidad” es el título conferido por la Unesco a sitios específicos del planeta (sea bosque, montaña, lago, cueva, desierto, edificación, complejo o ciudad) que han sido nominados y confirmados para su inclusión en la lista tentativa por el Programa Patrimonio de la Humanidad. El objetivo del programa es catalogar, preservar y dar a conocer sitios de importancia cultural o natural excepcional para la herencia común de la humanidad.
El Comité de Patrimonio Mundial inscribió el Paisaje Cultural Cafetero de Colombia en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco por ser un ejemplo excepcional de un paisaje cultural, sostenible y productivo que se adapta a características geográficas y naturales únicas en el mundo y que ha desarrollado una cultura y un capital social excepcionales.
Las características del PCCC son el resultado de un proceso de adaptación a un territorio con la llegada de la colonización antioqueña en el siglo XIX, en donde el café tomó un protagonismo que se ha extendido en el tiempo. La economía y la cultura de la región se desarrollaron alrededor de una tradición cafetera fuertemente enraizada, que ha dejado un legado único que persiste hasta hoy. La finca cafetera típica en el PCCC se encuentra ubicada en un difícil paisaje de empinadas montañas con pendientes que, superando el 25% (55°) articulan la forma y diseño del paisaje cafetero, su tipología arquitectónica y el estilo de vida de sus comunidades y, por lo tanto, su autenticidad.
La combinación de las parcelas y las distancias entre las plantas de café y los árboles forman figuras geométricas simétricas, que dan al paisaje sus singulares características. La homogeneidad se hace evidente también en la tradición de pequeñas parcelas, fruto del minifundio, resultando el inconfundible sistema de propiedad de las pequeñas fincas de la región, un reflejo de la particular forma de vida de los cafeteros y de lo que define la herencia transmitida de generación en generación.
Adicionalmente, como paisaje productivo, el PCCC contiene significativos atributos naturales y estéticos, únicos para una región cafetera, como sus casas, un gran número de bosques nativos y corredores biológicos considerados estratégicos para la conservación de la biodiversidad global.
De otro lado, la arquitectura tradicional de los conjuntos urbanos es una fusión entre los patrones culturales españoles, de techos inclinados y la cultura indígena de la región, con el uso del “bahareque” adaptada, además al proceso de siembra cafetera. Los asentamientos rurales se construyeron teniendo en cuenta el cultivo del café. En este contexto, la casa es tanto una unidad de vivienda, como el centro de la actividad económica.
La flexibilidad y dinamismo del “bahareque” se manifiesta en una serie de paredes construidas sobre un marco de madera con vigas verticales y horizontales y, brazos transversales, cubiertos por una “esterilla de guadua”: Una capa de bambú bien conocida por su resistencia y maleabilidad.
El Comité de Patrimonio Mundial indica que el Paisaje Cultural Cafetero posee el siguiente Valor Universal Excepcional para los criterios de evaluación V y VI de dicho organismo:
Criterio (V): Ser un ejemplo sobresaliente de un asentamiento de población, uso de la tierra o del mar, representativo de una cultura (o culturas), o de la interacción entre los pobladores y un medio que se ha vuelto vulnerable por el impacto de cambios irreversibles.
El Paisaje Cultural Cafetero de Colombia es un ejemplo destacado de un paisaje cultural centenario, sustentable y productivo, en el cual, el esfuerzo colectivo de varias generaciones de familias campesinas forjó excepcionales instituciones sociales, culturales y productivas, generando, al mismo tiempo, prácticas innovadoras en el manejo de los recursos naturales bajo un paisaje de condiciones extraordinariamente difíciles. La finca cafetera típica en el PCCC se encuentra ubicada en un arduo paisaje de empinadas montañas en donde se articulan la forma y diseño del paisaje cafetero, su tipología arquitectónica y el estilo de vida de sus comunidades. Ellos lograron crear una identidad cultural sin paralelo en donde el aspecto institucional relacionado con el PCCC no tiene igual en ningún otro sitio cafetero en el mundo.
Criterio (VI): Estar directa y tangiblemente asociado a eventos, tradiciones vivas, con ideas o convicciones, con obras de arte y literarias de importancia universal.
La centenaria tradición cafetera es el símbolo más representativo de la cultura nacional en Colombia, por la cual el país ha obtenido reconocimiento en el ámbito mundial. La cultura cafetera ha llevado a ricas manifestaciones tangibles e intangibles en el territorio, con un legado único, que incluye entre otros aspectos, la música, la gastronomía, la arquitectura y la cultura, legados que han pasado de generación en generación.
La tipología arquitectónica única de las fincas cafeteras y la mayor parte de los edificios en las áreas urbanas, evolucionó a través del uso de los materiales locales disponibles, en particular la especie nativa única conocida como la guadua angustifolia. El PCC representa una armoniosa integración del proceso productivo, de la organización social y de la tipología de la vivienda, únicos en el mundo y necesarios para el desarrollo de la cultura del café en un área rural tan difícil.
A. Esfuerzo humano familiar que ha pasado de generación en generación, para producir un café de excelente calidad: El Paisaje Cultural Cafetero es reflejo del esfuerzo humano de varias generaciones de cafeteros por adaptar su cultivo a las difíciles condiciones de los Andes colombianos.
B. Cultura cafetera para el mundo: Tiene como origen común la colonización antioqueña y su gente se caracteriza por su espíritu emprendedor, laborioso y amable. A partir del cultivo del café y su comercialización se han consolidado un conjunto de tradiciones y manifestaciones que son orgullo regional y nacional: la arquitectura, las expresiones culturales, la gastronomía, las fiestas y tradiciones y el vestuario típico de la región.
C. Capital Social estratégico: La caficultura es la principal actividad económica y su motor de desarrollo. En 1927, los cafeteros colombianos crearon la Federación Nacional de Cafeteros y sus comités de cafeteros, con el fin de contar con una institución que velara por sus intereses; desde entonces se desarrolló un modelo cafetero único en el mundo que diseña y ejecuta programas técnicos, económicos, ambientales, sociales y de investigación científica, en beneficio de los cafeteros, sus familias y las regiones cafeteras.
D. Conservación y equilibrio entre tradición y tecnología para garantizar la calidad y sostenibilidad: El cultivo de café se ha desarrollado como una actividad de pequeños productores que, durante 150 años, han innovado las labores del cultivo con el fin de enfrentar y superar los retos del entorno como el incremento en los costos, las plagas y enfermedades del cultivo, y la conservación del medio ambiente. Gracias al equilibrio logrado entre tradición y tecnología se ha mantenido la competitividad y la calidad del producto, en el contexto de un paisaje cafetero vivo, dinámico y cambiante, que conserva su esencia en el tiempo.
“Los paisajes culturales son bienes culturales y representan las “obras conjuntas del hombre y la naturaleza” mencionadas en el artículo 1º. de la Convención de Patrimonio Mundial de la Unesco.[1] Ilustran la evolución de la sociedad y de los asentamientos humanos a lo largo de los años, bajo la influencia de las limitaciones y/o de las ventajas que presenta el entorno natural y de fuerzas sociales, económicas y culturales sucesivas, internas y externas.
El término “Paisaje Cultural” comprende una gran variedad de manifestaciones de la interacción entre la humanidad y su entorno natural. Los paisajes culturales reflejan a menudo técnicas concretas de utilización viable de las tierras, habida cuenta de las características y los límites del entorno natural en el que están establecidos, así como una relación específica con el medio geográfico y la naturaleza.
La protección de los paisajes culturales puede contribuir a las técnicas modernas de utilización viable de las tierras, conservando al mismo tiempo, o realzando, los valores naturales del paisaje. La existencia duradera de formas tradicionales de explotación de la tierra sustenta la diversidad biológica en numerosas regiones del mundo. Por consiguiente, la protección de los paisajes culturales tradicionales es útil para mantener la diversidad biológica”.
De otro lado, un paisaje natural, por ejemplo, el Parque Nacional Natural Otún Quimbaya, no ha sido construido por el hombre, sino por fuerzas naturales. Son paisajes naturales las montañas, los ríos, la playa, entre otros.
Porque es un paisaje dinámico, evolutivo, donde interviene el hombre para cultivar el café y realizar otras actividades relacionadas con su sustento. Al ser evolutivo se entiende que no es estático, que cambia y se adapta a las actividades de las personas que lo habitan.
La preservación de las características que sustentan este valor universal, las cuales se relacionan con el patrimonio cultural, la producción cafetera, el medio ambiente y los procesos de integración social de las comunidades, y el reconocimiento de estas características como Valor Universal Excepcional implica la necesidad de su conservación sustentable desde el punto de vista económico, social, cultural y del medio ambiente.
La normatividad colombiana que propende por su conservación, incluye lo dispuesto en el artículo 4 de la Ley 397 de 1997, modificado por el artículo 1 de la Ley 1185 de 2008, y la Resolución 2079 de octubre de 2011, expedida por el Ministerio de Cultura, mediante la cual se reconoce el Paisaje Cultural Cafetero como Patrimonio Cultural de la Nación y como bien inscrito en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, consistente en un territorio compuesto por zonas de especial interés arqueológico, histórico y cultural.
La preservación de las características que sustentan este valor universal, las cuales se relacionan con el patrimonio cultural, la producción cafetera, el medio ambiente y los procesos de integración social de las comunidades, y el reconocimiento de estas características como Valor Universal Excepcional implica la necesidad de su conservación sustentable desde el punto de vista económico, social, cultural y del medio ambiente.
La normatividad colombiana que propende por su conservación, incluye lo dispuesto en el artículo 4 de la Ley 397 de 1997, modificado por el artículo 1 de la Ley 1185 de 2008, y la Resolución 2079 de octubre de 2011, expedida por el Ministerio de Cultura, mediante la cual se reconoce el Paisaje Cultural Cafetero como Patrimonio Cultural de la Nación y como bien inscrito en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, consistente en un territorio compuesto por zonas de especial interés arqueológico, histórico y cultural.
Es un paisaje predominante rural, aunque también incluye asentamientos urbanos. La zona principal corresponde a un área rural que comprende 411 veredas de 47 municipios, con una extensión de 141.120 hectáreas. En estas se localizan cerca de 24 mil fincas cafeteras, en las cuales viven cerca de 80 mil personas. Además de ese territorio rural, el paisaje incluye 14 cabeceras municipales o cascos urbanos que tienen una población cercana a 222 mil habitantes. Aunque varias de esas cabeceras tienen centros históricos o conjuntos de inmuebles de interés cultural (Aguadas, Belalcázar, Belén de Umbría, El Cairo, Marsella, Pácora, Salamina y Santuario), otras fueron incluidas en razón a su localización (dentro del área rural delimitada). El área de amortiguamiento está constituida por 447 veredas, que tienen una extensión de 207.000 hectáreas, así como 17 cascos urbanos o cabeceras municipales. La zona de influencia corresponde al área principal y el área de amortiguamiento.
Departamento de Caldas:
Incluye ciertas veredas de las áreas rurales de Aguadas, Anserma, Aranzazu, Belálcazar, Chinchiná, Filadelfia, La Merced, Manizales, Neira, Pácora, Palestina, Riosucio, Risaralda, Salamina, San José, Supía y Villamaría; y las áreas urbanas de Belálcazar, Chinchiná, Neira, Pácora, Palestina, Risaralda, Salamina y San José. En su zona de amortiguamiento se incluyen veredas de Viterbo.
Área Principal: 51.278 hectáreas – 159 veredas
Área de Amortiguamiento: 71.437 hectáreas – 165 veredas
Departamento de Quindío:
Incluye ciertas veredas de las áreas rurales de Armenia, Buenavista, Calarcá, Circasia, Córdoba, Filandia, Génova, Montenegro, Pijao, Quimbaya y Salento; y el área urbana de Montenegro.
Área Principal: 27.476 hectáreas – 70 veredas
Área de Amortiguamiento: 38.658 hectáreas – 58 veredas
Departamento de Risaralda:
Incluye ciertas veredas de las áreas rurales de Apía, Balboa, Belén de Umbría, Dosquebradas, Guática, La Celia, Marsella, Pereira, Quinchía, Santa Rosa de Cabal y Santuario; y áreas urbanas de Apía, Belén de Umbría, Marsella y Santuario. En su zona de amortiguamiento se incluyen veredas de dos municipios Dosquebradas y Mistrató.
Área Principal: 32.537 hectáreas – 108 veredas
Área de Amortiguamiento: 49.536 hectáreas – 133 veredas
Departamento de Valle del Cauca:
Incluye ciertas veredas de las áreas rurales de Alcalá, Ansermanuevo, Caicedonia, El Águila, El Cairo, Riofrío, Sevilla, Trujillo y Ulloa; y el área urbana de El Cairo. En su zona de amortiguamiento se incluyen veredas de Argelia.
Área Principal: 29.828 hectáreas – 74 veredas
Área de Amortiguamiento: 47.369 hectáreas – 91 veredas
Para realizar la delimitación se tuvo en cuenta que las veredas finales del área principal y de amortiguamiento fueran áreas continuas. Sin embargo, se observa discontinuidad en algunas áreas del PCC: Quinchía (Risaralda), Riosucio y Supía en Caldas, y Riofrío y Trujillo en Valle, las cuales están incluidas en las áreas del PCC debido a que cumplen con todos los atributos y valores de excepcionalidad. Aunque en el plano se presentan como discontinuas, en realidad hacen parte de un mismo territorio conectado por un sistema vial principal y una red secundaria y por los principales elementos que conforman el paisaje.
Zona A. Corresponde a áreas de los Municipios de Riosucio y Supía en el departamento de Caldas, incluyendo el corregimiento de San Lorenzo, con una altura de 1.545 metros sobre el nivel del mar. En esta zona (y en la de Quinchía), se encuentran resguardos indígenas de la comunidad Embera, principalmente. Se caracteriza por el carácter de su paisaje y la valiosa historia de los grupos de población originarios y que todavía persisten tales como grupos indígenas y población negra, ocupada inicialmente en labores de minería. Al llegar la colonización antioqueña a estos territorios en el siglo XIX, se gestaron diferentes parcelaciones y vivencias que, con el tiempo, conformaron manifestaciones culturales de gran interés.
Zona B. Corresponde a áreas rurales del municipio de Quinchía, corregimiento Naranjal, en el departamento de Risaralda. El municipio de Quinchía está situado a una altura de 1.825 msnm, con una temperatura promedio de 18 grados centígrados. En él se produce café de excelente calidad y son importantes otros cultivos como la caña panelera, la mora y los espárragos. También se destaca por su importante producción de oro y tiene un altísimo potencial desde el punto de vista de patrimonio arqueológico ya que la región fue habitada por las tribus de los Guaqueramaes y los Tapascos, familiares de los Ansermas y los Irra. Los pobladores indígenas se dedicaban especialmente a la explotación del oro de aluvión y a la extracción y comercio de la sal.
Zona C. Corresponde a zonas rurales de la cordillera Central de los municipios de Marsella, Pereira y Santa Rosa de Cabal en el departamento de Risaralda y de los municipios de Aguadas, Chinchiná, Neira, Palestina, Pácora, Salamina y Villamaría en el departamento de Caldas. Incluye las áreas urbanas de los municipios de Chinchiná, Marsella, Neira, Palestina, Pácora y Salamina, y por consiguiente el centro histórico del municipio de Salamina, declarado Bien de Interés Cultural del ámbito Nacional.
En esta zona se encuentran alturas que oscilan principalmente entre los 1.500 y 1.900 msnm. La economía de estos municipios gira alrededor del café, aunque en los últimos años, el turismo ha aumentado su importancia. Los poblados de la zona presentan un alto grado de arraigo y conservación de los atributos de las poblaciones cafeteras de mediados del siglo XX, de acuerdo con las características de la colonización antioqueña, en donde los elementos ambientales tienen un papel principal.
Zona D. Corresponde a áreas rurales de la cordillera Central de los municipios de Armenia, Calarcá, Circasia, Córdoba, Filandia, Génova, Montenegro, Pijao, Quimbaya, Salento en el Quindío y zonas rurales del municipio de Pereira en Risaralda y de los municipios de Alcalá, Ulloa, Caicedonia y Sevilla en el departamento del Valle del Cauca. Incluye las áreas urbanas de Calarcá y Montenegro.
En esta zona se encuentran alturas entre 1.200 y 1.550 msnm. La región del Quindío fue habitada por los Quimbayas, uno de los grupos indígenas más importantes del país por su expresión artística y cultural, y cuyo legado es ampliamente conocido. Por su localización intermedia entre el oriente y el occidente de Colombia, fue ruta obligada de los personajes y del proceso de la colonización antioqueña en el siglo XIX, durante el cual se fundaron la mayoría de los municipios.
Zona E. Corresponde a zonas rurales de los municipios de Trujillo y Riofrío en el departamento del Valle del Cauca, con altura de 1.370 msnm. En esta zona predomina la actividad cafetera, gracias a la localización en sus territorios de suelos de excelentes condiciones agrológicas. Se destacan importantes áreas naturales protegidas, como la Reserva Forestal del Pacifico que abarca los municipios de El Cairo, Riofrío y Trujillo. La condición geográfica de la zona hace que el paisaje cafetero tenga un marco geográfico característico de las dos cordilleras. En efecto, una característica sobresaliente del paisaje de esta zona, es que presenta la más variada gama estética de vistas lejanas y cercanas.
Zona F. Corresponde a zonas rurales de la cordillera Occidental de los municipios de Anserma, Belalcázar, Risaralda y San José en el departamento de Caldas; Apía, Balboa, Belén de Umbría, La Celia y Santuario, en el departamento de Risaralda y de los municipios de Ansermanuevo, El Águila, y El Cairo en el departamento del Valle del Cauca. Incluye además las áreas urbanas de Apía, Belalcázar, Belén de Umbría, El Cairo, Risaralda y Santuario.
El centro histórico urbano del municipio de El Cairo en el departamento del Valle del Cauca por consiguiente también hace parte de la zona principal. Este último centro está declarado Bien de Interés Cultural del ámbito municipal; presenta un alto nivel de homogeneidad en la arquitectura en la población y es una manifestación directa de la principal actividad económica que es la producción cafetera, ligada de manera estrecha, a las condiciones ambientales de su emplazamiento.
Es una zona con una gran biodiversidad por su cercanía con el océano Pacífico. En ella también sobresalen las posibilidades de apreciación del paisaje cafetero. Por ejemplo, en el municipio de Risaralda, desde el cerro Santana ubicado a 1900 m.s.n.m.[1], se puede apreciar el valle del río Risaralda, el cañón del río Cauca, el norte del departamento del Valle y las estribaciones de las cordilleras Occidental y Central. Por su parte, el municipio de Belalcázar se sitúa en parte de lo que se conoció como el “País de los Ansermas”.
Es un espacio de protección para el área principal del PCCC que rodea cada una de las zonas que lo conforman. Se trata de veredas colindantes, de gran importancia para la preservación del VUE y que quedaron incluidas en el área delimitada del PCCC.
Las veredas se identificaron a partir de una metodología unificada en cuya definición participaron grupos de trabajo de los cuatro departamentos, que involucraron autoridades locales, académicos y representantes del gremio cafetero. Se identificaron 16 atributos, de los cuales siete son atributos técnicos como: café de montaña, institucionalidad cafetera y redes afines, predominancia de café, cultivo en ladera, edad de la caficultura, patrimonio natural y disponibilidad hídrica.
Una vez definidos los atributos, se tomó la totalidad de veredas de la zona cafeteras de los cuatro departamentos: Caldas, Quindío, Risaralda y Valle del Cauca y se realizó una calificación de cada vereda frente a cada atributo. Al final, las veredas con mayor calificación se seleccionaron para hacer parte del área principal del PCCC. Algunas veredas vecinas se constituyeron como área de amortiguamiento o área de protección para el área principal.
Para realizar la delimitación se tomó como base de información primaria, el límite veredal del Sistema de Información Cafetera (SICA) de la FNC, sumada a otras fuentes de información como las provenientes de autoridades ambientales y los trabajos de investigación de las universidades de la región, que participaron en la realización de los estudios que permitieron la formulación del expediente de postulación ante el Comité de Patrimonio Mundial de Unesco.
Los municipios del PCCC fueron seleccionados por equipos técnicos locales, conformados por las universidades de la Red Alma Mater y especialistas en el tema, según los siguientes atributos:
1. Café de montaña * | 9. Patrimonio arqueológico |
2. Institucionalidad cafetera y redes afines * | 10. Poblamiento concentrado y estructura de la propiedad fragmentada |
3. Predominancia de café * | 11. Influencia de la modernización |
4. Cultivo en ladera * | 12. Patrimonio urbanístico |
5. Edad de la caficultura * | 13. Tradición histórica en la producción de café |
6. Patrimonio natural * | 14. Minifundio cafetero como sistema de propiedad de la tierra |
7. Disponibilidad hídrica * | 15. Cultivos múltiples |
8. Patrimonio arquitectónico |
16. Tecnologías y formas de producción sostenibles en la cadena productiva del café |
* Atributos de mayor peso.
El proceso de delimitación fue realizado por los comités técnicos departamentales del PCCC, conformados por delegados de las gobernaciones de Caldas, Quindío, Risaralda y Valle del Cauca, representantes de las corporaciones autónomas regionales, los comités departamentales de cafeteros, las universidades: Nacional de Colombia sede Manizales, Universidad de Caldas, Universidad Gran Colombia sede Quindío, Universidad del Quindío, Universidad Tecnológica de Pereira, Universidad Católica de Pereira y la Universidad del Valle, quienes tardaron tres años en definir los criterios técnicos para la selección del área principal y del área de amortiguamiento del PCCC en cada departamento.
Previamente, los mismos delegados habían trabajado por más de una década en los estudios que permitieron avanzar en la selección de los criterios para definir el área principal del paisaje. La FNC se encargó de realizar el proceso de consolidación de información para identificar un sólo paisaje con áreas de los cuatro departamentos, el cual fue ajustado y revisado por el Ministerio de Cultura.
Es un instrumento de protección, planeación y gestión para preservar un bien, en este caso el Paisaje Cultural Cafetero de Colombia. El Plan de manejo busca el desarrollo de políticas y acciones orientadas a mantener y mejorar las condiciones de conservación y desarrollo actuales y futuras de la región.
¿Y cuál es su objeto?
Es mantener la excepcionalidad del PCCC, es decir, que se preserven su autenticidad e integralidad, en los cuatro ejes fundamentales, que llamamos valores:
¿Cómo está estructurado el Plan de Manejo de este Paisaje?
Como se ha descrito anteriormente, un paisaje cultural está vivo, se modifica y se ajusta de acuerdo con las necesidades e intereses de una región. Al estar inscrito en la Lista de Patrimonio Mundial, las responsabilidades frente a la gestión son mayores ya que se debe conservar y proteger el VUE reconocido por Unesco. Así las cosas, el plan de manejo fue revisado en el año 2016, para dar mayor alcance a la protección del patrimonio.
Para el caso del PCCC, es un plan que cuenta con cuatro valores, siete objetivos estratégicos y 14 estrategias.
Los planes de ordenamiento territorial de los 51 municipios que conforman el PCCC deben estar articulados con los objetivos del Plan de Manejo, con el fin de establecer usos del suelo y medidas que garanticen la protección, preservación y conservación de los atributos del PCCC y a su vez, debe existir una articulación adecuada con los demás sectores y zonas que conforman cada municipio.
En el ámbito nacional está el Ministerio de Cultura en coordinación la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia y otras entidades, como el Viceministerio de Turismo.
En el orden departamental, las secretarías de cultura de las gobernaciones, los comités departamentales de cafeteros y representantes de la academia, y en el ámbito local, las alcaldías, las corporaciones autónomas, y los comités municipales de cafeteros, inicialmente.
Las directrices prácticas para la aplicación de la Convención del Patrimonio Mundial prevén las condiciones para que los países soliciten al Comité de Patrimonio Mundial, que aprueben la ampliación de los sitios inscritos en la Lista.
Se trata de un proceso que debe tener en cuenta todos los pasos que se realizaron para la elaboración del expediente inicial y del plan de manejo, con el fin de justificar el Valor Universal Excepcional de las zonas que se quieren incluir en el PCCC y su aporte al valor de todo el sitio.
Así mismo, se debe trabajar y socializar con las entidades y comunidades correspondientes en forma similar al proceso original.
El beneficio más importante es valorar y apreciar lo que tienen, una cultura única que se debe conservar y mantener para su propio beneficio y para el de futuras generaciones. Con la declaratoria de la Unesco como Patrimonio Mundial, se obtiene: Reconocimiento internacional, apropiación de la riqueza cultural, arquitectónica, natural y productiva beneficios ambientales al fortalecer el compromiso con la protección del entorno; asistencia mediante la Cooperación Internacional y la posibilidad de inversión en diferentes aspectos sociales y ambientales.
Es importante tener en cuenta que el reconocimiento global genera oportunidades, sobre todo en el campo del turismo sostenible y por consiguiente mayores oportunidades para los habitantes del municipio y su actividad económica, con la posibilidad de desarrollar proyectos de interés que fortalezcan el PCCC, especialmente los complementarios al ingreso cafetero. Para que el lugar siga siendo único en el mundo, su esencia debe mantenerse y esa también es, responsabilidad de todas las comunidades que los habitan.
Si un productor individual decide hacerlo no habrá ninguna sanción. Cuando una vereda deja de ser primordialmente cafetera es posible que, con el tiempo, deje de pertenecer al PCCC. Es importante considerar que un componente esencial para la sostenibilidad del Paisaje Cultural Cafetero de Colombia es asegurar el desarrollo de cafetales jóvenes, tecnificados y productivos, para lo cual se requiere el compromiso de toda la cadena de café para mantener productivas y en óptimas condiciones las áreas cultivadas.
No habrá ninguna sanción; los propietarios de sus viviendas deben ser conscientes de la importancia de conservar la arquitectura tradicional e igualmente es un compromiso del Estado promover la conservación del patrimonio cultural, puesto que el valor de sus predios con el tiempo será mayor, si mantiene la esencia de la región.
Estos inmuebles son los que representan en mayor medida, los atributos culturales del Paisaje Cultural Cafetero de Colombia. Las técnicas y materiales de construcción, así como su rol en la vivienda y en la caficultura son únicas en el mundo, constituyen patrimonio cultural que admiran las personas que vienen a conocer y a disfrutar la región del PCCC. Estas casas rurales y urbanas son el resultado del conocimiento y esfuerzo tradicional de las familias, de los maestros en construcción en guadua, de los ebanistas, y otros. Su destrucción constituye -no sólo menosprecio a estos esfuerzos y al legado cultural-, sino un irrespeto a sí mismo ya que la cultura es la base de nuestra identidad.
Las fincas, y la llamada arquitectura tradicional de las zonas rurales y urbanas del Paisaje Cultural Cafetero, tienen unas características espaciales, constructivas, estructurales, ambientales, técnicas y estéticas sobresalientes que todos debemos preservar. Es posible que quienes conserven esa identidad logren mantener ventajas sobre los que no lo hagan.
Ahora bien, existen inmuebles declarados como Bienes de Interés Cultural (BIC), según el Título III del Decreto 763 de 2009, artículos 7 al 22, para las cuales sus propietarios están informados sobre su pertenencia al Inventario de Patrimonio Cultural de la Nación, y por tanto de sus obligaciones, beneficios y sanciones. Aplican también el Decreto 1080 de 2015 y el Decreto 2358 de 2019.
La estrategia 7: Promover la participación social en el proceso de valoración, comunicación y difusión del patrimonio cultural y el valor VUE del PCCC del Plan de Manejo está enfocada en que las comunidades cuenten con la información adecuada sobre la importancia de su municipio como parte integral del área reconocida; permanentemente se realizan reuniones y talleres para dar a conocer los avances, buscando siempre que las comunidades que habitan la región participen y se enteren de primera mano de los logros y retos.
Inicialmente, consultando sobre el PCCC en la Alcaldía Municipal, la Casa de la Cultura o el Comité de Cafeteros; ellos pueden aclarar inquietudes y así, los habitantes informarán con conocimiento y orgullo a los visitantes sobre las características excepcionales del territorio del Paisaje Cultural Cafetero, así como también pueden conocer sobre la actividad productiva cafetera, los sitios emblemáticos del municipio, la cocina tradicional y el patrimonio cultural del sitio en el cual se encuentra el visitante.
También pueden recomendar qué sitios culturales, fincas o productos turísticos podría conocer el visitante en la localidad donde se encuentra o en municipios vecinos. Garantizar que todos -habitantes y visitantes- puedan disfrutar del mejor café, es un compromiso de todos.
El PCCC tiene un Plan de Manejo dirigido a conservar dichos valores, con estrategias e iniciativas de diverso orden. Cada una de esas estrategias e iniciativas tiene asociados indicadores de gestión que se deben monitorear constantemente; de esta manera se mantiene información relevante y actualizada sobre su conservación.
La Unesco recibe los reportes sobre avance de las diferentes iniciativas, y también puede enviar equipos de monitoreo para evaluar que los distintos programas dirigidos a la conservación del PCCC, se estén efectivamente cumpliendo.
Si bien esta posibilidad es remota, en ocasiones el Comité de Patrimonio Mundial puede decidir retirar una propiedad de su Lista al comprobarse que no se están cumpliendo los requisitos necesarios para mantener su inscripción.
El retiro de la lista, sin embargo, no significa que el Paisaje Cultural Cafetero de Colombia deje de existir, ni que sus habitantes y grupos de interés abandonen su preocupación por su conservación. La Resolución 2079 del Ministerio de Cultura seguiría vigente en este escenario.
Inicialmente a la Alcaldía Municipal para alertar sobre situaciones específicas que desde lo local se puedan mitigar. Sin embargo, el Ministerio de Cultura es responsable por Colombia, frente al Comité de Patrimonio Mundial por cualquier afectación que pueda tener alguno de los nueve reconocimientos mundiales con los que cuenta Colombia.
Página web: Ministerio de Cultura
Dirección correspondencia: Carrera 8 No. 8-55, Bogotá D.C., Colombia
Teléfono: (571) 3424100 – Fax: (571) 3816353 ext. 1183
Línea gratuita: 018000 938081
De acuerdo con la organización institucional para el manejo del PCCC se tienen las siguientes prioridades sin menoscabo de todas las acciones que se desprenden de los siete objetivos del Plan de Manejo:
Puede consultar información en esta misma página, o dirigir sus inquietudes en cada localidad al Comité Municipal de Cafeteros, quien las enviará al coordinador de PCCC en cada Comité Departamental de Cafeteros para que sean respondidas en forma oportuna.
En la página oficial también se incluye un enlace para escribir directamente la consulta o inquietud:
Correo electrónico: info.pcc@paisajeculturalcafetero.org.co
Dirección correspondencia: Calle 73 No. 8-13, Bogotá D.C., Colombia
Teléfonos: (571) 3136600