Uno de los mejores granos de café del mundo nace en el Paisaje Cultural Cafetero. Suave, con un cuerpo balanceado y un aroma exquisito, el café colombiano –100% arábico– se cultiva en abundancia en una región que ha sido un ejemplo sobresaliente de adaptación humana a condiciones geográficas difíciles. En un paisaje agreste y aislado, se desarrolló una exitosa caficultura de ladera y montaña.

Esta zona reúne 47 municipios de los departamentos de Caldas, Quindío, Risaralda y Valle del Cauca, ubicados en las cordilleras central y occidental de los Andes. Aquí, 563.000 familias dedican su vida, su energía y su entusiasmo al cultivo de un producto que, al servirse en cada taza, lleva esa dosis de calidez y vitalidad. Es un modelo de caficultura basado en la pequeña propiedad que es sostenible en términos económicos, sociales y ambientales.

El Paisaje Cultural Cafetero reúne la riqueza social, agrícola y cultural de una región trabajadora y pujante, por esta razón, el Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco lo inscribió en la lista de Patrimonio Mundial de la Humanidad el 25 de junio de 2011.

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