El turismo rural es una oportunidad de doble vía: para el anfitrión que, sin apartarse de sus labores, presta el servicio de instrucción al viajero que durante sus periodos de vacaciones prefiere lugares que lo aparten de la rutina, la contaminación, el ruido y la convulsión de las grandes ciudades, donde las distancias son largas, el tiempo corto y los días se van más a prisa.
Aunque no es el único producto que se siembra en el Quindío, el café sí es la razón fundamental por la que se ha impulsado el desarrollo del turismo rural en virtud del creciente interés de los viajeros por llegar a su origen y a todo lo que debe ocurrir antes del consumo final. Conocer este proceso, más la ventaja de entrar en contacto con el paisaje y las costumbres, representa la mayor motivación para quienes deciden ir en plan de completo descanso al campo quindiano.
