Dosquebradas podría ser catalogada como “la otra perla del Otún”. Se encuentra separada de Pereira por el río Otún, y es paso obligado de quienes cruzan el Paisaje Cultural Cafetero y se mueven entre Manizales, Pereira, Armenia y Cali. Su ubicación, a dos kilómetros de Pereira por la salida hacia la capital caldense, ha condicionado la historia del municipio: es la entrada y la “ciudad satélite” de Pereira y, por tanto, concentra una parte importante del comercio, el turismo y la economía del departamento de Risaralda.

El territorio que hoy encierra la jurisdicción del municipio fue ocupado por los Quimbayas, Putumaes y Carrapas. Luego de la conquista española, permaneció siendo un territorio disputado entre indígenas y conquistadores, hasta 1844, fecha en que se fundó oficialmente. Dosquebradas fue corregimiento de Santa Rosa de Cabal hasta 1972, y desde entonces ha disfrutado de un crecimiento industrial muy por encima de promedio nacional.

Actualmente, los dosquebradenses o biquebradinos viven de las ganancias que deja la industria local, y de los cultivos de café que inundaron la zona rural del municipio desde finales del siglo XIX. El plátano y el banano, en las zonas más bajas del municipio, complementan la producción del municipio, que integra industria y agricultura como pocos municipios de la región.

El crecimiento poblacional de Dosquebradas también está muy por encima del promedio nacional. La industria y la agricultura son fuentes de empleo que llaman la atención de muchos migrantes de varias regiones del país, que han encontrado un lugar en el mundo en sus empinadas calles. Como su himno canta: “a tus tierras llegaron gentes nuevas de gran promisión, y estas vidas humildes forjaron un emporio para la región”.